De las callejas de la Almedina a las avenidas del Ensanche
BAENA O LA DUALIDAD DEL URBANISMO HISTÓRICO
Pocos son los municipios en los que resultan tan evidentes las diferencias entre las zonas que componen su núcleo urbano. Baena es uno de ellos y como fruto de esa dualidad, desde las torres de su castillo o desde los propios miradores del barrio de la Almedina, se aprecia un entramado de clara inspiración árabe en la parte alta del cerro y un diseño más rectilíneo y ordenado en las calles y avenidas que componen la zona del Ensanche.
Descubrir Baena a través de sus calles y sus plazas
El transcurrir del tiempo ha marcado de forma diferente el desarrollo urbanístico de las ciudades y es por ello que sus propios emplazamientos, la configuración de sus calles y plazas y hasta la construcción de sus edificios más relevantes han estado condicionados por su propia historia. Baena fue durante gran parte de la Edad Media un lugar de frontera con el reino nazarí de Granada, pero previamente, en plena época califal, había ostentado la capital de una cora o provincia musulmana y era ya una medina de gran importancia. Este pasado guerrero propició su actual enclave, ocupando el casco histórico una elevación defendida por murallas en cuya zona más antigua queda patente la herencia musulmana en la estrechez de sus calles y el apiñamiento de sus casas, siempre dispuestas a la defensa. El cese de las hostilidades tras la rendición de Granada, permitió un desarrollo urbanístico moderno que fue avanzando hacia la ladera Norte llegando a ocuparla por completo en el siglo XVIII y estableciéndose los pilares del futuro Ensanche en los albores de la siguiente centuria.