El entramado urbano

De la Baena antigua al Ensanche

El contraste de las callejas con encanto y las amplias avenidas

UNA MARCADA DIFERENCIA URBANÍSTICA

La visión en conjunto de Baena muestra dos zonas bien diferenciadas en las que aparece por un lado la ciudad antigua, dédalo de calles irregulares que descienden del cerro de la Almedina, y por otro el Ensanche o zona moderna, con amplias avenidas y una concepción más racional y ordenada del entramado urbano.

El callejero de la ciudad rinde también homenaje a numerosos baenenses ilustres

Una de las poblaciones cordobesas donde mejor se percibe la evolución urbanística a través de la historia es, sin duda, Baena. Como pueblo fronterizo con el reino de Granada, último bastión musulmán en la península, las calles de su zona histórica más identificativa, la Almedina, están rodeadas de un perímetro amurallado en el que se abren varias puertas, algunas de ellas de clara influencia almohade, que comunicaban con los barrios extramuros desarrollados a lo largo del tiempo. Algunos de ellos, como el Arrabalejo, aún recuerdan con el nombre su primitivo origen. 

Las grandes epidemias de la época Moderna despoblaron amplias zonas en la ladera Sur del cerro donde se asienta la ciudad antigua, a la par que en la vertiente opuesta fueron surgiendo nuevas calles como Mesones y Llana (hoy Amador de los Ríos) que acabaron de configurarse en la etapa barroca, convirtiéndose en ejes principales donde tendrían sus residencias las principales familias de la población. Tanto estas calles como sus adyacentes del Moral y Cardenal Herranz Casado mantienen interesantes ejemplos arquitectónicos que van de los siglos XVII al XIX. Merece la pena un recorrido por esta zona de la población, así como por el barrio árabe de la Almedina donde pueden encontrarse numerosos rincones con encanto cargados de historia. 

Por su parte, la Baena nueva, desarrollada a partir del Llano (Plaza de España) y los aledaños del antiguo convento de los dominicos (iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe) fue hasta bien entrada la centuria del 1800 ejidos, pequeñas dehesas y abrevaderos para atender las necesidades del ganado que se encontraba en la población o transitaba por la vía pecuaria que conducía hacia Jaén y Granada. Aquí se alternan edificios modernos con otros dignos de interés del siglo XIX y primeros lustros del XX que durante casi un siglo marcaron unos límites que comenzaron ya a superarse ampliamente en la segunda mitad de la misma centuria surgiendo amplias avenidas como la de Cervantes, Padre Villoslada o Salvador Muñoz y grandes espacios abiertos entre los que destaca el parque Ramón Santaella, verdadero pulmón verde de la ciudad.

Calle Arco de la Consolación, en el barrio de la Almedina, con la antigua puerta de la muralla de la que recibe el nombre al fondo.
El parque Ramón Santaella, creado en los primeros lustros del siglo XX, es uno de los emblemas de la Baena moderna.
Calle Salvador Muñoz, una de las arterias comerciales más importantes en la zona del Ensanche baenense.