Herederas de los antiguos foros romanos
LAS PLAZAS DE BAENA SON LUGARES CARGADOS DE HISTORIA
Aunque existen tanto en la parte antigua como en la zona del Ensanche, las primeras de ellas tienen un especial encanto ya que, generalmente, se encuentran rodeadas por edificios emblemáticos o son el punto neurálgico de celebraciones baenenses tan tradicionales como la Semana Santa.
Mercados, cosos taurinos y hasta escenario de grandes tragedias
A lo largo de la historia, estos espacios singulares sobre los que se ha vertebrado la vida de la población, han venido surgiendo según su crecimiento demográfico y en base a las nuevas necesidades que iban surgiendo. De este modo, la plaza de Palacio, en el corazón mismo del barrio de la Almedina, fue en su origen el albarcar o espacio dentro de las murallas en el que se resguardaba el ganado en caso de asedio. Posteriormente se utilizó para celebrar el mercado conocido como de Arriba y hoy es lugar de celebraciones festivas que, al caer la tarde, invita a recrearse en alguno de sus bancos contemplando las puestas de sol en la lejanía de la Campiña baenense.
No distante, en el centro administrativo de la ciudad, se sitúa la plaza de la Constitución, del Coso en su origen por celebrarse en ella corridas de toros, y conocida popularmente en la localidad como El Paseo. Además del moderno edificio del Ayuntamiento, aquí se encuentra la Casa del Monte, de estilo barroco, con sus característicos soportales en los que puede disfrutarse de la cocina tradicional de la zona servida por el restaurante que se encuentra en su interior.
Algo más abajo se encuentra la plaza de Amador de los Ríos, con el monumento del que ha sido, sin duda, el baenense más renombrado y siguiendo la calle del mismo nombre que en ella comienza llegaremos al final a la plaza de Francisco Valverde y Perales, o plaza Vieja, dedicada al autor de la Historia de la Villa de Baena. La plaza de España, con la fuente y monumento del virrey del Pino hace de transición entre la ciudad antigua y la nueva, donde también existen grandes espacios abiertos como el Paseo de Santo Domingo de Guzmán, junto a la iglesia de Guadalupe, donde es posible tomar algún refrigerio en las terrazas allí instaladas o simplemente disfrutar con las agradables vistas que desde alguna de ellas se observan.