De los humedades a las entrañas de la tierra
UNA GRAN RIQUEZA NATURAL EN EL TÉRMINO DE BAENA
El paisaje natural del municipio posee elementos de gran valor ecológico, entre los que destaca el río Guadajoz, antiguo Salsum de los romanos, que atraviesa la Campiña y mantiene en su cuenca un conjunto de pequeñas lagunas endorreicas.
La cueva del Yeso es el hito más emblemático del patrimonio natural baenense
En el extrarradio de la población, como el Peñón de San Marcos, de origen Triásico, o en los confines de la Campiña, los elementos que componen el patrimonio natural de Baena están presentes en la práctica totalidad de su término. De este modo, la proximidad a las Sierras Subbéticas las hace visibles desde el propio núcleo urbano de la población y se acentúa aún más en la zona de la Serrezuela, con una altitud de 799 m. En esta misma situación se encuentra el río Marbella, hoy muy disminuido en su caudal, que discurre por la vertiente Norte del propio cerro donde se asienta la Baena antigua y deja también en la cercanía parajes de gran belleza como el de la ermita de los Ángeles. Confluye con el Guadajoz a los pies del yacimiento arqueológico de Ízcar, uniéndose al caudal de este último río que atraviesa una amplia zona de la Campiña donde hay también una serie de pequeños humedales que comparten su propio origen endorreico. La laguna de la Quinta, la del Rincón del Muerto, las de Casasola, Cortijo Viejo y Cambroncillo o la existente próxima a la antigua ermita de Butaguillos, aparecen diseminadas y reducidas en su extensión aunque poseen unos valores ambientales de gran importancia.
Mención aparte merece la cueva del Yeso, única cavidad de origen hídrico existente en el Valle del Guadalquivir, en cuyo interior se han descubierto unas especies de gambas que solo se encuentran en este hábitat.
