Termas orientales

la sala fría cuenta con un pavimento de opus tessellatum, de grandes teselas blancas, y con su piscina muy bien conservada, enlucida de opus signinum.

La sala tiene varias puertas hacia el norte, una que comunicaba con el área de servicios y otra que da a un pequeño espacio que debe ser el vestíbulo, con otra puerta hacia la calle y cuya fachada estaba realzada con varias pilastras de piedra caliza.

Además, otra puerta que conserva su dintel in situ daba acceso al tepidarium desde la zona de servicios. Hacia el sur estarían las letrinas pero peor conservadas. Y continuamos con el pozo descubierto en la zona donde apareció el altar dedicado a la Diosa Salud.

Cuando concluyan estos trabajos los arqueólogos ya habrán delimitado sus tres estancias más destacadas, entre ellas el caldarium, la sala de agua caliente, que mantiene todos sus componentes más característicos: las taquillas, una calefacción de doble suelo, una bañera de mármol y una pileta circular donde los bañistas se hidrataban con agua fría.

Taquillas y sistema hypocaustum de las termas.

Jarrita ritual hallada en las termas orientales.

Las termas romanas

Las termas eran baños públicos de la antigua civilización romana. El diseño de estos espacios fue argumentado por Vitruvio en su obra De architectura. Se distribuían en varias salas con distintas temperaturas que iban desde piscinas con agua fría (frigidarium), pasando por otras estancias templadas (tepydarium) y completándose con las calientes (caldarium). El edificio contaría también con una zona de servicio donde se situarían los hornos y, generalmente, otros espacios como la palestra, que podía ser al aire libre y servía para realizar de grandes dimensiones, ya que cuando eran menores se denominaban balneae.

La mayoría de las ciudades de la Antigua Roma albergaban una o varias termas públicas, cuyo uso no era únicamente la higiene, sino que también eran consideradas lugares de reunión y de actividades gimnásticas y lúdicas. El agua era suministrada desde algún río o arroyo cercano y con acueductos en las grandes ciudades, posteriormente se calentaba en una hoguera y era trasladada hasta el caldarium, donde la temperatura del agua era alta. 

 Las termas públicas romanas respondían a una función social y política. Fueron lugares ideales para la conversación relajada, el recreo y la relación social, con todo lo que ello significaba. Se cuidaba el ambiente con una delicada decoración en donde no se escatimaban medios, llenando las estancias de maravillosos frescos, mosaicos y estatuas.

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Recreación de las termas orientales

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