La producción artística de los siglos XVII y XVIII
Un importante patrimonio como símbolo del prestigio social.
El Barroco dejó numerosas muestras en Baena tanto en el ámbito civil como en el religioso, ocupando las relacionadas con las cofradías un destacado lugar.
Grandiosos retablos, patios claustrados, portadas labradas en piedra… todo un compendio que muestra una etapa de esplendor artístico reflejado en numerosos monumentos de la localidad. La Casa del Monte, con su hornacina central repleta de rocallas, las casas señoriales de la calle Mesones, los patios del hospital de Jesús Nazareno y del colegio del Espíritu Santo, son algunos de los ejemplos más destacados. Sin embargo, serán las iglesias de San Francisco y Nuestra Señora de Guadalupe las que muestren el conjunto más representativo de este movimiento artístico.
La primera de ellas fue declarada Monumento Nacional en 1983 y su retablo mayor, obra de Jerónimo Sánchez de Rueda, está considerado uno de los máximos exponentes del barroco andaluz. Muy dignas de aprecio son sus pinturas murales y la importante colección de imaginería que la relaciona con las escuelas granadina y sevillana del siglo XVIII y que tiene como ejemplos más representativos las tallas del Ecce Homo (conocido popularmente como Jesús de la Ventana), Jesús de los Azotes y Jesús Nazareno. Por su parte, la que fuera iglesia del desaparecido convento de dominicos destaca también por su espléndido retablo mayor y el camarín de la Virgen del Rosario, donde una exuberante muestra de yeserías barrocas es un claro exponente de este arte junto a su propia imagen titular o las de la cofradía del Dulce Nombre, entre ellas la de San Juan y Nuestra Señora de la Soledad, obras de Pedro de Mena realizadas a inicios de la centuria del setecientos.